Cartel del día de su estreno en Roma el 14 de enero de 1900
La ópera, que surge históricamente a mediados del
siglo XVII, esun género muy popular en
Alemania, Austria o Italia por citar algunos ejemplos en Europa. No tanto en
España pues se cree que solo se puede ver y oir buena ópera en los coliseos de
las grandes ciudades pero ello no es del todo cierto puesto que óperas
representadas en los grandes teatros del mundo (la Scala de Milán, el
Metropolitan Opera House de Nueva York, el Covent Garden de Londres, el Sydney Opera
House, el Bolshoi de Moscú, el Palacio Garnier (Ópera de París) o La Ópera de
Praga por citar los más conocidos en el mundo. En España cabría nombrar, entre
otros, el Liceo de Barcelona, el Teatro Real de Madrid o el Teatro de la
Maestranza de Sevilla que por cierto cierra esta temporada con una
representación de Tosca) se pueden ver, filmadas, en los cines de la más
pequeña ciudad española.
Tosca,
ópera estrenada en Roma el catorce de enero de 1900,es a mi parecer, una de las más
bellas óperas que se han compuesto. Bien entendido que en la estética de toda
ópera influyen no solo la producción (léase el montaje de la obra) sino también
los solistas, la orquesta y su director. Las óperas requieren, como es sabido, de
una orquesta sinfónica por lo que la calidad de ésta y su director tienen un
gran peso específico en las mismas.
Tosca es una ópera, en tres actos, ambientada en la
Roma de 1.800 entonces perteneciente a los Estados Pontificios. La acción gira
en torno aFloria Tosca, una cantante de
ópera y su novio el pintor Mario Cavaradossi. Ambos se ven inmersos en una
dramática historia por tratar de ayudar a un revolucionario (pese a que la ópera en la versión original de Giacomo Puccini no
tiene en absoluto ningún cariz político hay versiones actuales muy diferentes, como la que se estrenó este 4 enero en el Liceo de Barcelona que motivó muchas polémicas por los desnudos y guiños a Pasolini)
De los acontecimientos derivados de
la trama los dos morirán. Mario ejecutado por el pelotón de fusilamiento del
jefe de la policía vaticana, el malvado barón Scarpia y Tosca precipitándose al
vacío, desde las murallas del castillo Sant´Angelo por no dejarse capturar por
los soldados de Scarpia al que ha dado muerte por tratar de abusar de ella en
su intento de salvar al artista.
La música es de Giacomo Puccini (1858-1924) y el
libreto de Luigi Illica y Giusepe Giacosa basado en el drama La Tosca de
Victorien Sardou estrenado en París en 1887 por la famosa actriz Sarah
Bernhardt (1844-1923). La ópera, como se ha dicho, se estrenó en Roma en enero
de 1900. Se cumplen pues ahora 123 años.
De las muchas versiones e interpretaciones que se han
hecho de Tosca la mejor, en mi opinión, es la que hizo María Callas (1923-1977)
en la segunda mitad del pasado siglo. María unía a su prodigiosa voz una
esbelta figura y grandes dotes interpretativas.
María Callas (Tosca) y Tito Gobbi (Scarpia) en la representación del Covent Garden de Londres en 1964
A mí me gusta mucho la versión en CD de María Callas, soprano,
como Floria Tosca y Giusepe di Stefano, tenor, como Mario Cavaradossi junto con
Tito Gobbi, barítono, como el barón Scarpiacon la orquesta y coro del Teattro alla Scala de Milán dirigida por
Víctor de Sabata
Formato: CD de audio
En mi opinión son momentos especialmente emocionantes:
el aria recondita armoníaque canta
Cavaradossi en el primer acto, elTe
Deum que entona el coro, también al final del primer acto. El aria vissi d´arte
de Tosca en el segundo acto. La música del amanecer con el eco de las campanas
de Roma (comienzo del tercer acto); pero especialmente lo más conocido, pero
que no por ello deja de ser lo más bello, el aria E lucevan le stelle, también del tercer acto,que
canta Mario recordando a Toscaantes
de ser fusilado, mientras escribe una carta en la se despide de Floria. Un poético y bello canto al amor y a la vida.
E lucevan le stelle…
ed olezzava la terra…
stridea l’uscio dell’orto…
e un passo sfiorava la’rena…
Entrava ella, fragrante,
mi cadea fra le braccia…
Oh! dolci baci,
o languide carezze,
mentr’io fremente
le belle forme disciogliea dai veli!
Svanì per sempre
il sogno mio d’amore…
L’ora è fuggita…
E muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!…
E lucevan le stelle
Y brillaban las estrellas
y olía la tierra…
chirriaba la puerta del huerto
y unos pasos hacían florecer la arena…
Entraba ella fragante
y caía entre mis brazos…
¡Oh dulces besos,
lánguidas caricias!
Mientras yo estremecido
las bellas formas iba desvelando…
Para siempre
desvanecido mi sueño de amor…
Ese tiempo ha acabado…
¡y voy a morir desesperado!
¡Y jamás he amado tanto la vida!
Giuseppe di Stefano (1921-2008) E lucevan le stelle
Plácido Domingo E lucevan le stelle
María Callas (1923-1977) como Floria Tosca
Muerte de Mario Cavaradossi tal como se estrenó en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el 29 de mayo de 2015
El Te Deum en la Ópera de San Francisco (California)
Te Deum, Ópera de San Francisco (California)
El CastelSant´Angeloen la época en que transcurre Tosca
Maria Callas - Vissi d'arte
(Puccini, Tosca) Covent Garden, 1964
La
actuación de la Reina Juana I y su figura han sido frecuentemente utilizadas
con diversos fines no solo por los historiadores sino desde diversos campos
ajenos a la historia como son la política, la pintura, la literatura o el cine.
Algunos rasgos de su personalidad, ciertos o creados en aras de la
justificación de los actos de las personas que la rodearon, han despertado el
interés de pintores o escritores que han llevado al extremo algunos episodios
de su vida. Incluso en algunos casos se responsabiliza a Juana de una
pretendida herencia de locura que llegaría hasta don Carlos, su bisnieto y de
algunas de las incompetencias de Carlos I y Felipe II.
Juana y su marido en la corte
No
obstante la imagen de "la loca" no aparece hasta un determinado
momento. En los primeros años de su vida a Juana le toca representar otra
imagen, es una infanta castellana, la duquesa de Borgoña o la Princesa de
Asturias heredera de la Corona de Castilla y, sobre todo, una mujer que debe
aceptar el espacio que la sociedad patriarcal en la que vive tiene diseñado
para las mujeres. Ella debía adecuarse, por tanto, a esta imagen como muy bien
hizo durante una larga etapa de su vida, aunque en algunos momentos surgieron desajustes que pronto fueron utilizados como signos
de falta de razón y sirvieron para ir diseñando la imagen con que la historia
la va a conocer.
Juana I, escultura de Sergio García en Santa María del Campo (Burgos)
La historiografía ha respondido al patrón dominante y en la
mayoría de las obras del pasado se la ha presentado con mayor o menor acritud
como una mujer enferma e incapaz de dominar sus sentimientos y, por ello, sabiamente
apartada del poder por su marido, su padre o su hijo.
Felipe de Habsburgo, su marido
Fernando II de Aragón, su padre
Juana con sus hijos Fernando y Carlos
La vida de Juana es bien conocida:
1479 Nace en Toledo
1496 Sale de Laredo para casarse con Felipe de Habsburgo
Llegada de Juana al puerto flamenco de Arnemuiden
en 1497 grabado
de Der Weiss Kunig
Contrato matrimonial de Juana y Felipe. Archivo General de Simancas
1497 Muere su hermano Juan
1498 Muere su hermana Isabel. Nace su hija Leonor
1500 Muere su sobrino Miguel. Nace su hijo Carlos
1501 Nace su hija Isabel
1502 Las Cortes de Castilla (22 de mayo) y de Aragón (27 de
octubre) la confirman como heredera y Princesa de Asturias
Pendón de Gibraltar que según la tradición fue bordado en 1502 por Juana I de Castilla. Se
encuentra en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Roque (Cádiz) ciudad
donde reside la de Gibraltar
1503 Felipe regresa a los Países Bajos. Nace su hijo Fernando
Felipe y Juana en los jardines del castillo de Bruselas, c. 1500. Museo de Bellas Artes de Bruselas
1504 Es encerrada en el castillo de la Mota de Medina del
Campo. Muere su madre Isabel I
Isabel I de Castilla
1505 Su padre Fernando es nombrado gobernador de Castilla.
Nace su hija María. Fernando se casa con Germana de Foix
1506 Juana y Felipe vuelven a Castilla.Muere Felipe el Hermoso (curiosamente, el
apelativo de “el Hermoso” se lo dio el rey Luis XII de Francia cuando la pareja
viajaba hacia España para ser coronados y se detuvieron en Blois. Allí el rey los
recibió y al verle exclamó: He aquí un
hermosopríncipe). Juana I revoca
las mercedes otorgadas por Felipe
1507 Nace su hija Catalina. Llega a un acuerdo con su padre
el 28 de agosto
1509 El 16 de noviembre se instala en el Palacio Real de Tordesillas
1555 Muere en el Palacio Real de Tordesillas
Juana I, Juan de Flandes. Museo de Historia de Arte, Viena
Juana I Reina de Castilla
Hay una premisa a tener presente para entender la figura de
Juana I y es que la herencia castellana era un bocado apetecible que muchos no
querían que fuera a parar a sus manos. Se temía que confiara el gobierno en su
marido, un extranjero, y proclive a la monarquía de Francia enemiga de la
Corona de Aragón.
En
1503 el marido de Juana se marcha a Flandes para atender a sus asuntos, después
de que han sido reconocidos como herederos en las Cortes de Castilla y en las
de Aragón. Juanaaccedió a permanecer en
Castilla hasta el alumbramiento de su nuevo hijo el infante Fernando en Alcalá
de Henares. Tras la recuperación del parto Juana insta a su madre para que la
deje partir a reunirse con el resto de su familia que estaba en Flandes. Pero
Isabel retardaba la marcha e intentaba interesarla por
los asuntos de gobierno. La princesa estaba triste, dormía mal, comía poco, adelgazaba.
La estancia en Alcalá de Henares no era grata para Juana y ante la insistencia
de ésta Isabel decide el traslado a Segovia como inicio del camino hacia los
puertos del Cantábrico para embarcar hacia Flandes. Hay que remarcar que Isabel
engañaba a su hija intencionadamente para retenerla pero Juana no cesaba en su
empeño y ante la persistencia de su hija tuvo que dejarla marchar a Medina del Campo
donde había feria y pensaba que se iba distraer y retrasar la partida. Pero la
princesa inició los preparativos de su marcha; entonces la reina envió a
Fonseca para detener a Juana lo que hizo de forma tajante: mandó cerrar la puerta
del castillo de la Mota al encontrar a la princesa en el patio del mismo
dispuesta para salir. Ante esta situación Juana optó por una postura de fuerza y se negó a abandonar el patio del castillo en toda
la noche. Su postura, sin duda, pretendía doblegar la voluntad de Isabel, que
intentaba manejarla y de la que se sentía presa, en ese momento de forma real
pues había sido encerrada en el castillo. La reina tuvo que ir a Medina y allí
se encontró con Juana. Isabel prometió a su hija la pronta marcha y el episodio
pareció resuelto.
Castillo de la Mota
Esta imagen ha sido muy utilizada para desacreditar a Juana a
partir de entonces y sobre todo, tras la muerte de Isabel el 26 de octubre de
1504, para apartarla del gobierno.
Juana con el cuerpo insepulto de su marido por los campos de
Castilla
Juana la loca, Francisco Pradilla o/l 1877 Museo del Prado
El dramatismo de esta imagen es grande y ha sido acentuado gracias
al cuadro de Francisco Pradilla de 1877, que se conserva en el Museo del Prado,
reproducido numerosas veces y popularizado en la película Locura de Amor. La actriz Aurora Bautista llevó al paroxismo la
locura de Juana. En el franquismo la actuación de Juana era la réplica al
continuado sacrificio y entrega de Isabel, su madre, el modelo femenino
preconizado por la Sección Femenina. La Reina Isabel la Católica era una mujer
asexuada, que representaba la entereza castellana, mientras que en Juana
predominaba aquello que había inducido a Eva a cometer el pecado original.
Juana era una mujer reprobable, loca de amor, como quedaba puesto de manifiesto
en el film de Juan de Orduña, hábil propagandista de los ideales del Movimiento
y edecán de su caudillo.
Juana enviuda el 25 de septiembre de 1506, estaba nuevamente embarazada
y era la reina de Castilla, tenía 27 años y era, además, una bella mujer. El
rey de Inglaterra Enrique VII pronto la solicitó como esposa, cosa que a su
padre Fernando le pareció muy apropiado. Juana se negó a este nuevo matrimonio
pues en él veía un grave peligro para consolidar la herencia castellana para su
hijo Carlos. El mantener el cuerpo insepulto de su marido al que iba a llevar a
enterrar a Granada suponía que todavía existía un vínculo matrimonial, por lo
que no podía iniciar negociaciones para un nuevo matrimonio.
Tumba de la Reina Juana I y Felipe de Habsburgo en La Capilla Real de Granada
Juana I Reina de Castilla
Por otra parte, la peregrinación con el cadáver no fue
tan larga como se ha señalado. El viaje sólo duró tres días pues la comitiva
tuvo que detenerse en Torquemada. Era invierno y Juana estaba muy avanzada en su
embarazo. Allí pasó las Navidades esperando el nacimiento de su hija Catalina,
nacida en enero de 1507, y llamada así por su hermana Catalina (la después
repudiada por Enrique VIII de Inglaterra) y con la que mantenía muy buena
relación. La estancia en Torquemada duró cuatro meses y tuvieron que abandonar
el lugar ante la llegada de la peste. Una fuerte tormenta tras la salida, les
obligó apasar la noche al raso. La
historiografía ha aceptado que las crónicas responsabilicen a los celos de
Juana de la decisión de pernoctar al aire libre. Hay que tener en cuenta que
era la Reina de Castilla e iba acompañada de un importante cortejo, el acampar
al aire libre no era nada desacostumbrado en una realeza que pasaba buena parte
de su tiempo viajando donde era necesaria su presencia. Fueron a Hornillos
donde estuvieron otros cuatro meses y de aquí a Tórtoles donde se encontró con
su padre. Esta entrevista tuvo como resultado la delegación de Juana en su
padre para el gobierno de Castilla y su marcha a Tordesillas en cuyo castillo
iba a residir. El cuerpo de su marido quedaba depositado en el cercano convento
de las monjas Clarisas de Tordesillas, que desde sus aposentos Juana podía
contemplar. La boda inglesa se había evitado y la herencia de su hijo estaba
asegurada había sido jurado por las Cortes de Toledo de 1502 y refrendado en
las de Toro de 1505. Una nueva boda de Juana hubiera producido una serie de
cambios que podíanponer en peligro la
herencia de Carlos, por ello era preferible no introducir ningún elemento nuevo para asegurar
la pronta sucesión de Carlos. Mientras gobernaría Fernando como había sido el
deseo de su madre Isabel en su testamento.
¿Todas estas actuaciones eran propias de una mujer loca?
Isabel la Católica dictando su testamento, Eduardo Rosales, o/l 1864. Museo del Prado
Juana I en Tordesillas
Llegó al Palacio Real de Tordesillas en 1509, donde instala
su corte. Durante los cuarenta y seis largos años siguientes el edificio,
construido por Enrique III de Castilla a comienzos del siglo XV, fue
adecuándose a la regia inquilina y decorándose con magníficos tapices y
aparadores que mostraban vajillas de oro y plata. Cuando sus familiares se
allegaban a Tordesillas, el palacio lucía incluso más espectacular, pues las
habitaciones destinadas a Fernando el Católico, Carlos V y Felipe II (entonces
príncipe) se mostraban dignas de los moradores.
Panorámica
de Tordesillas c. 1565, con el Palacio Real en primer plano asomado hacia el río Duero y con espléndidas vistas. Grabado de Anton
van den Wyngaerde. Victoria and Albert
Museum, Londres
Hoy el Palacio no existe pues Carlos III decidió regalar el
complejo a la villa de Tordesillas con la condición de que lo demoliera y
abriera en el solar una plaza pública. En 1773, comenzó su demolición,
calculada en torno a 35.000 reales, un proceso que se extendió hasta 1783. En
su lugar se puede disfrutar hoy en día de los Jardines de Palacio, que
mantienen con su nombre el recuerdo de aquel portentoso monumento medieval que
alojó a reyes,príncipes
e infantes.
Los Jardines del Palacio Real de Tordesillas, asomados hacia el río Duero y con espléndidas vistas
En la imagen de Juana I en el Palacio Real de Tordesillas se ha insistido en sus
actos de locura, su suciedad, su no comer, su reclusión, etc. ¿Por qué no su
austeridad o sus penitencias?
Estaba apartada de la corte, pero no olvidada en absoluto
pues seguía siendo la Reina y allí acudían a visitarla su familia sus hijos e
hijas, sus nietos y nietas y los comuneros (hay que recordar que la Reina
rehusó apoyar el movimiento, la mujer que hallaron los cabecillas comuneros
estaba lejos de la figura trágica que Fernando y Carlos I habían difundido
entre la población, su conversación era inteligente y su mente era clara). Juana I de alguna manera todavía mantenía una
influencia difícil de valorar actualmente.
Boceto de Eugenio Oliva para el fresco “Los comuneros visitando a doña Juana“pintado en la Diputación Provincial de Palencia y desaparecido en un incendio en 1966. - Foto: Ical
Juana I en Tordesillas con su hija la infanta Catalina, Francisco Pradilla, o/l 1906. Museo del Prado, depositado en el Museo de Zaragoza
La
imagen de la loca de Tordesillas era conveniente para justificar su apartamiento
del poder. Para Isabel, la locura justificaba las desobediencias de su hija y
su escaso interés por el poder político. Para su marido, era la vía necesaria
para llegar al gobierno de Castilla. Para Fernando la locura de su hija le
facilitaba el cumplimiento del testamento de Isabel la Católica y su ejercicio
del poder en Castilla. Aunque era posiblemente el que menos necesitaba de este
argumento, pues Juana consideraba que era preferible el gobierno de su padre.
Debemos tener presente lo ella respondió a los procuradores
en Cortes cuando en 1506 en Valladolid le instaron a que compartiera el
gobierno con su marido que el reino no debe ser gobernado por
flamenco, que los flamencos no tienen costumbre que sus mujeres gobiernen sobre
sus maridos y por eso es mejor que gobierne su padre hasta que pueda gobernar
su hijo.
Por otra parte la vida que ella llevaba en Tordesillas no era
demasiado bien entendida por la sociedad castellana de su época, por todo ello era mejor
mantener la duda sobre su locura.
La imagen de Juana en Tordesillas es valiosa por los
claroscuros que en ella aparecen. Supone un diseño propio y un apartamiento
decidido de la corte, del poder y del gobierno. Ha conseguido ser una mujer con
ideas propias. Mantenía relaciones con su familia, pero sobre los temas que a
ella le parecían importantes, sin duda el sentimiento religioso ocupaba un
lugar importante en su vida.
Ha conseguido asegurar la Corona de Castilla y también la de Aragón
en su hijo Carlos. Y vive recogida en Tordesillas en profunda comunicación con
las monjas clarisas vecinas, leyendo libros no demasiado conocidos en Castilla,
en aquel momento, como la Imitación de
Cristo de Tomás de Kempis que ella había mandado traducir al castellano e
imprimir en su época de Flandes. ¿Todo esto es propio de una mujer loca o su
hipotética locura bien pudo ser solamente de carácter transitorio a causa de la
muerte de muchos seres queridos en poco tiempo?, aunque Gregorio Marañón, en su libro sobre la Reina
Juana (que nunca fue
declarada incapaz ni inhabilitada por las Cortes de Castilla) sostiene que todo lo que le acaeció fue producto
de una depresión mal curada.
Su figura ha hecho
correr ríos de tinta, películas y hasta una ópera Juana sin cielo con libreto de Antonio Carvajal, doctor en
Filología Románica,miembro de la
Real Academia de Buenas Letras de Granada y premio nacional de poesía en 2012 y
música de García Demestres que se estrenó en noviembre de 2019 en el Auditorio
Manuel de Falla de Granada.
Estreno de la ópera Juana sin cielo
En nuestra opinión, y para concluir, Juana fue una princesa
culta del Renacimiento, con escaso interés por el poder político, que logró ser
una mujer con ideas propias que valoraba mucho su libertad individual y por ello, voluntariamente, no quiso estar
sometida al corsé de la corte, del poder político y del gobierno de los reinos
que el azar puso en sus manos
Escultura en Tordesillas obra de Hipólito Pérez Calvo
El historiador Alberto Garín (Doctor
en Arquitectura por la Universidad Europea de Madrid y Licenciado en Historia
del Arte y Arqueología por la Université de París I, Panthéon-la Sorbonne) habla
con el economista Jano García en su programa Pedazos de hitoria de la figura de la Reina Juana I de Castilla
Elegía a la Reina Juana, Federico García Lorca (Libro de
Poemas, 1921)
Princesa enamorada sin
ser correspondida.
Clavel rojo en un valle
profundo y desolado.
La tumba que te guarda
rezuma tu tristeza
a través de los ojos
que ha abierto sobre el mármol.
Eras una paloma con
alma gigantesca
cuyo nido fue sangre
del suelo castellano,
derramaste tu fuego
sobre un cáliz de nieve
y al querer alentarlo
tus alas se troncharon.
Soñabas que tu amor
fuera como el infante
que te sigue sumiso
recogiendo tu manto.
Y en vez de flores,
versos y collares de perlas,
te dio la Muerte rosas
marchitas en un ramo.
Tenías en el pecho la
formidable aurora
de Isabel de Segura.
Melibea. Tu canto,
como alondra que mira
quebrarse el horizonte,
se torna de repente monótono
y amargo.
Y tu grito estremece
los cimientos de Burgos.
Y oprime la salmodia
del coro cartujano.
Y choca con los ecos de
las lentas campanas
perdiéndose en la
sombra tembloroso y rasgado.
Tenías la pasión que da
el cielo de España.
La pasión del puñal, de
la ojera y el llanto.
¡Oh princesa divina de
crepúsculo rojo,
con la rueca de hierro
y de acero lo hilado!
Nunca tuviste el nido,
ni el madrigal doliente,
ni el laúd juglaresco
que solloza lejano.
Tu juglar fue un
mancebo con escamas de plata
y un eco de trompeta su
acento enamorado.
Y, sin embargo, estabas
para el amor formada,
hecha para el suspiro,
el mimo y el desmayo,
para llorar tristeza
sobre el pecho querido
deshojando una rosa de
olor entre los labios.
Para mirar la luna bordada
sobre el río
y sentir la nostalgia
que en sí lleva el rebaño
y mirar los eternos
jardines de la sombra,
¡oh princesa morena que
duermes bajo el mármol!
¿Tienes los ojos negros
abiertos a la luz?
O se enredan serpientes
a tus senos exhaustos...
¿Dónde fueron tus besos
lanzados a los vientos?
¿Dónde fue la tristeza
de tu amor desgraciado?
En el cofre de plomo,
dentro de tu esqueleto,
tendrás el corazón
partido en mil pedazos.
Y Granada te guarda
como santa reliquia,
¡oh princesa morena que
duermes bajo el mármol!
Eloisa y Julieta fueron
dos margaritas,
pero tú fuiste un rojo
clavel ensangrentado
que vino de la tierra
dorada de Castilla
a dormir entre nieve y
ciprerales castos.
Granada era tu lecho de
muerte, Doña Juana,
los cipreses, tus
cirios;
la sierra, tu retablo.
Un retablo de nieve que
mitigue tus ansias,
¡con el agua que pasa
junto a ti! ¡La del Dauro!
Granada era tu lecho de
muerte, Doña Juana,
la de las torres viejas
y del jardín callado,
la de la yedra muerta
sobre los muros rojos,
la de la niebla azul y
el arrayán romántico.
Princesa enamorada y
mal correspondida.
Clavel rojo en un valle
profundo y desolado.
La tumba que te guarda
rezuma tu tristeza
a
través de los ojos que ha abierto sobre el mármol
Concierto de Da Tempera Velha en la iglesia del Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas, adaptado a formato documental para reivindicar la figura de la Reina Juana como impulsora, protectora e intérprete de música antigua
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Escudo de la Reina Juana I de Castilla
Pendón de Gibraltar bordado en 1502 por Juana I de Castilla. Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Roque (Cádiz)