Plaza de La Merced |
En esta casa nació Picasso el 25 de octubre de 1881 |
La presentadora Aurora Gámez, Presidenta de Grupo Literario ALAS y el autor |
PALABRAS DE AURORA GÁMEZ ENRÍQUEZ DURANTE LA PRESENTACIÓN
“Como
nace un deseo sobre torres de espanto, / Amenazadores barrotes, hiel
descolorida, / Noche petrificada a fuerza de puños, / Ante todos, incluso el
más rebelde / Apto solamente en la vida sin muros.”
Poema
de Luis Cernuda que pertenece a “La Realidad y el Deseo” editado en 1936, se
abre el libro con esta estrofa cuyo segundo verso es elegido por autor para
título del libro. Tanta es la admiración que el autor tiene por Luis Cernuda
que cierra el libro con “El otro Homenaje”: “Ni mirto ni laurel. Fatal extiende
/ Su frontera insaciable al vasto muro / Por la tiniebla fúnebre. En lo oscuro,
/ Todo vibrante, un claro son asciende.”
El
segundo poema del libro Sueño: “Sentía que el carro de Rabindranath” y
nuestra mente se coloca inmediatamente por obra y magia de la palabra en la
obra de Rabindranath Tagore. Los cinco versos que le siguen tienen el halo del
poeta filósofo bengalí, reformador cultural que modernizó el arte rompiendo con
las formas clásicas. Y Eduardo Sáenz de Varona lo dice en el segundo verso: “Aplastaba con sus ruedas doradas”
queriendo posicionarnos, posicionarse en esa revolución de la literatura al
uso.
Pero
hace más, Eduardo cita al filósofo Kierkegaard en dos de sus títulos
llevándonos inteligentemente a su mundo onírico donde el pensamiento sobre la
condición de la existencia humana, la individualidad y la subjetividad forman
parte y todo de su y nuestra condición. Nombrar a Kierkegaard no es baladí, es
posicionarse y posicionarnos como lectores al lado del pensamiento
existencialista, es decir, empatizar con el ejercicio de la libertad tomándola
con responsabilidad, adentrarnos en la condición humana en la desesperación y
la angustia vital.
“Hoy he vuelto de nuevo a andar y me he
encontrado con la luz dura de la madrugada. Pienso: no sabemos lo que queremos
y nos alejamos infinitamente de lo que deseamos.”
Al
segundo poema, “El extranjero”, le
antecede una cita del patriarca de los poetas malditos, Charles Baudelaire:
“¿A quién
quieres, extraordinario
extranjero?
Quiero a las nubes…, a las
nubes
que pasan”
El
poema describe el paisaje y el caminar de una joven … hacia el mar concluyendo: Y de pronto la chicharra ha enmudecido y has caminado hacia el mar.
Nuestra imaginación queda abierta a un suicidio o a un sencillo y recuperador
baño marino.
El
desosiego existencial se hace presente en Los gatos orientales:
¿Por qué –me preguntas- existe esta angustia/que
me agobia?/Es que la vida –te explico-
va dejando su poso, “. La aceptación del dolor de vivir como inevitable: “Unas margaritas amarillas” / “La lluvia está cayendo sobre
Gibraltar./Piensas que en la vida /es el dolor el que cae lentamente/ a veces demasiado rápido, y el dolor cae, sí/ pero junto a él florecen margaritas amarillas. “
Siguen
poemas dedicados a la memoria de amistades del autor, a la pintura apreciada por
él, más amigos y un Carpe diem que de pronto nos sorprende con el nombre de
Gibran cuya poesía y prosa es rompedora de la literatura clásica árabe, centro
del renacimiento moderno árabe. Eduardo Sáenz de Varona nos dice: “Cuando llega la naturaleza / todo es
igual. Todo es lo mismo./ Es el ángel y
el demonio de Gibran./ Es un pecado o es una virtud?/ … / Es la vida, que hay
que apurar / y sobre todo sentir.”
La
angustia aparece de nuevo, existencia vital ineludible, dueña de todos los
sentidos esta vez dedicada al catedrático Juan Miguel Serrera, in memoriam: “Estabas / lejos de mí. / Te
habías ido para siempre. / Pero inconscientemente, / te presentía asomada entre sombras perennes. “
Los
poetas vienen a rescatarle del trance existencialista y es Antonio Machado con “Estos días azules / y este sol de la infancia”
que inicia “Son tornasolados los barrotes de la ilusión./ Son azules los
barrotes de la esperanza. “ lanzándolo a la búsqueda y el fin de las cosas
“Estoy buscando la esperanza entre la
niebla. / Estoy buscando la ilusión.
/ Estoy solo buscando.” Juan Ramón
Jiménez con “No le toques ya más / que así
es la rosa.” le acompaña en “De un
amor fugaz que ya no recuerdo / Pasar y aspirar el perfume de la rosa. /
Sentirla y saber / que se va a ir, pero tenerla, / como la espuma del mar /
entre los dedos. “
“La ola se ha roto ya” e “Impresión de mañana
de domingo en abril” cierran 18 poemas de este libro de Eduardo Sáenz de
Varona. Él no se llama a si mismo poeta, se posiciona como buscador, explorador
inconcluso y sencillo vividor del día a día. Pero Eduardo, realista, no se deja caer en el
desánimo ni en el pesimismo, contra todo pronóstico él se suma a la búsqueda de
la perfección y el aprendizaje en los hechos de la vida: “Nuestra esperanza la hacemos nosotros con las huellas de nuestras
pisadas. Nuestra esperanza es la vida.”
Sin
duda alguna, este libro que hoy presento en Málaga “Como nace un deseo sobre torres
de espanto” de Eduardo Sáenz de Varona, ilustrado por Juan Gómez Macías,
editado por ImagenTa con un excelente prólogo del escritor y poeta malagueño Joaquín Cestino es exquisita
lectura para quiénes gustamos de cultivar el librepensamiento cuidando lírica y
lenguaje.
Aurora
Gámez Enríquez
Ana Paz Parras, el autor y Eduardo Sacconi |
Interior de la librería Rayuela, donde tuvo lugar la presentación |
La poeta y presentadora del libro Aurora Gámez en una fotografía de Rosa Gónzalez Illescas |
La Alcazaba de Málaga data del siglo XI y es BIC |
El Centro Pompidou de Málaga el día de su inauguración |
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