Rafael Viso en 1980 |
TALANA
Para Eduardo, amigo de antiguo
Y volveré un día a Tarifa
para que el sol de poniente,
sobre un lienzo infinito,
me dibuje con su carmín póstumo
dunas de amor amontonado
y pinos asomados al mar.
Jugaré a perderme,
como aquella vez,
agarrado a mi infancia,
por callejones mudos
de
paredes repelladas
con cal, sol y geranios.
Desde la torre más alta
del
castillo, avistaré
los
rincones de la Historia.
Y
apoyado en la muralla
compondré una canción
para
arrullar a las olas.
El
recuerdo, como siempre,
me traerá, con un nombre,
el corazón a la boca,
que partiré a dentelladas
para que mi sangre,
libre, tiña tu alma.
Que nadie dude nunca
que si la muerte me rompe
volveré un día a Tarifa.
Rafael Viso Gómez ( Tarifa, 1999 )
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