miércoles, 2 de octubre de 2019

JOSE LUIS TOBALINA: DONDE SOLO HABITAN LA NADA Y SUS OLVIDOS
















Jose Luis Tobalina









José Luis Tobalina Cuerda (Tete para la familia y amigos íntimos, a los que tuve la suerte de pertenecer) nació en Algeciras el 29 septiembre 1960 y falleció también en esta ciudad, a los 48 años, el 25 de noviembre de 2008. Estudió Derecho en la Universidad de  Granada y trabajó desde su fundación, en 1989, en el periódico del Campo de Gibraltar Europasur del que fue redactor jefe.



Además de los artículos escritos en Europasur fue un excelente poeta, aunque publicó poco en vida, solo algo y  en publicaciones aisladas.




Lo primero que sabemos publicó fue en el número 1 de la revista Nefelibata (palabra que significa según el diccionario de la RAE persona soñadora, que anda por las nubes) surgida en 1983 en Granada y que contiene un enorme tesoro, el que probablemente sea el primer poema publicado por el escritor y periodista.  Este es el poema que aparece en la página  49 de ese número 1:




                               
                                   




 

Poema

A Pilar L.



Esta es la noticia:

Tu oscura piel se alejó de mi contacto.

(Miradas tenaces,

furtivos, anhelados besos

-       noche cómplice y confidente -

intentos de serte, siempre, único.

Cuerpo oculto, misterioso...)

Mi respuesta es:

el aire que respiro vacío se quedó sin tu aliento.

(Madrugadas solitarias.

Mares y olas y espuma y distancia,

-     constante y fatal simbología –

llanto en las sombras entre llantos

ocultos. Recuerdos...)











En el nº 28 es donde publicó José Luis Tobalina






También en Almoraima, - la revista del Instituto de Estudios Campogibraltareños -    nº 28 (Suplemento de creación literaria y artística, correspondiente a octubre de 2002, en las páginas 55 a 63)  publicó Donde solo  habitan la nada y sus olvidos.









 He aquí lo publicado:

 











                              

Te he invocado, táctil, esta noche

porque preciso con urgencia de tus recorridos. Mi piel, áspera, se contrae a golpes de recuerdos. Busco el deletreo de tus dedos:

pasión, ausencia, odio, miedo.

Te he invocado, a solas, esta noche porque quiero reconocerme, por fin, en toda la dimensión de tu presencia.



***
 

Solo, sueño un susurro de tu seno,
una señal de tu silueta
hecha voluta veloz en su vuelo de viruta. Y soy ceniza, paz,
miedo,
pánico,
apenas nada, un tímido latido sin ritmo
que deja la palabra como un parto o una promesa en el lugar de partida,
para que la luz se haga
líquido fundido en lo profundo de tu lago



***




Y si dejara suspenso el texto o sus explicaciones,
si vinieras a gozarme con francas melodías, con altibajos,
con tu boca cargada de razones,
con el puñal hiriente de amaneceres solitarios, tal vez yo me entendiera,
tal vez fletara una expedición dispuesta a la conquista. Pero no sabemos de discursos,
sólo de roces que susurran roces
y es así como te quiero, sin más declaraciones, sin el miedo a perderte, sin brújulas o episodios.
Si dejara en suspenso el tiempo te desvanecerías
y yo ya no dispongo de ninguna de las fórmulas de la magia para regresarte.




***





Te he descrito seno y abismo

y han sido los papeles testigo. Doy fe.

De la tinta que sollozo surges crepuscular y cierta

He acentuado los adjetivos y conjugado tus presencias.

Elegí cada una de las músicas

 que debían envolver la íntima resurrección de los cuerpos.

Silencio, susurro, roce.

Sereno, sexo, risa . . . dictado

deuda, dádiva.

Circunferencias  eres, redondez, volumen, círculo mientras aún te adivino secreto,

ecuación

e incógnita.















***





De tu voz de mar nacen tempestades que apagan mi grito. Te juro que no invento los naufragios. Tu sí;
He visto cómo ordenas los fracasos en el armario de mi alma
y después cierras y arrojas la llave al olvido.
Ahora me alimento de tus ausencias
y a borbotones estás aquí presagiada aunque finjas,
aunque ya no me seas a conciencia.
No sé para qué serte, ni que existas. Perdóname si no te supe construir orilla, si no supe ser mar.
De tu voz de mar nacen tempestades ...
Y en tu seno quiero habitar mis cenizas.






***


Qué frío el dibujar la línea errante del poema y sus palabras para combatir el tiempo,
qué terquedad por el anuncio de toda la belleza, qué transcurrir vacío del ser.
Si a una idea sucediera otra y a esta un silencio, quizá ese tiempo quedara suspendido,
tal vez lograra cerrar una elipse, al menos triste.
Pero ha de surgir el grito y he de reconocerlo
para que la vida no se retire a su aposento oscuro donde sólo habitan la la nada y sus olvidos.


 






 


El 6 de mayo de 2010 tuvo lugar en la Fundación Municipal de Cultura José Luis Cano de Algeciras la presentación del poemario inédito de José Luis Tobalina Trilogías, editado en colaboración entre la misma Fundación y el diario EuropaSur y que el mismo poeta, (antes de fallecer) - como dijo su hermana la poeta Paola Tobalina el día de la presentación del poemario - le dio un orden y un sentido final dejándolo todo bien atado. Su voluntad fue que fuese publicada y ahora se cumple su deseo.

























El patio del Hopital de la Caridad








Presentación de Trilogías en la Fundación Municipal José Luis Cano (antiguo Hospital de la Caridad)














 
Luis García Montero






La obra lleva prólogos de Luis García Montero y Juan José Téllez. Trilogías está formado por un conjunto de poemas verdaderos, escritos cara a cara, con los ojos puestos en las claves de la vida. Son un ejercicio de despojamiento e introspección, escribe García Montero.











Juan José Téllez









Y Téllez se percibe un rastro de lluvia y la lenta humareda de un cigarro. Quizá un garito que cierra tarde y una ciudad que amanece temprano. Hay un niño que juega, corazones en litigio y un inequívoco presentimiento de fatalidad.

Ambos escritores y poetas conocieron mucho a Tete.







Contraportada de Trilogías






















Con el presidente del Ateneo de Algeciras

















Algunos de sus poemas que no están incluídos en Trilogías:







                                

Hace ya tanto tiempo que no lloro

que me ha crecido un mar en el pecho,

un crepúsculo en el alma,

una especie de niebla tibia en la retina.

Recuerdo apenas como se deletrea nostalgia,

como se conjuga amar

y su presente de indicativo.

Intento regresar a mi boca

aquellas palabras primeras que te dije

y solo se de costumbres.

Hace ya tanto tiempo que no sueño…







***


 


                                

Transparente ausencia eres cuando te haces lejana.
Te recuerdo en la última despedida sonriendo melodías de adioses.
"Me voy al mundo”, dices con los ojos,
y ensanchas mis horas hasta convertirlas en nostalgia que duele.
Tal vez no lo entiendas. Yo tampoco.
La vida es abandonarse a un instante para ganar todas las certezas.
Por eso cuando regresas de cosechar emociones,
te miro cansado de llorar ausencias
y resucito para seguir atado a ti en las horas futuras.





***






 

LAS ALAS DEL ÁNGEL

El viaje a través de un cuerpo es el más hermoso viaje.
Regreso a ti desde una ciudad de aceras oxidadas,
desde la lluvia y sus charcos,
desde la ventana que apaga las sombras al cerrarse,
desde el muro metálico de los bares.
Regreso porque eres libre en tu palabra y me convocas.
Regreso para que me dejes volar sobre tu cuerpo,
para espantar los fantasmas del miedo resguardados en tus
senos,
para rendirme a tu boca y sus secretos,
para quedar atrapado, cierto y exacto,
entre las alas del ángel que te ha crecido en el alma.






















Y aquí el  artículo que publicó Europasur  el 25 de noviembre de 2008, día de su fallecimiento, y que probablemente fuese lo último lo último que escribió:












ACERO Y CRISTAl







Hay algo que me sorprende del ser humano: esa dualidad innata y a veces oculta que le hace ser a la vez frágil como el cristal y duro como el acero. Alguna de esas condiciones permanecen años escondidas en el interior de uno mismo ofreciendo una imagen distorsionada de la persona, dejándola a medias y convirtiéndola en una especie de ser-luna del que sólo conseguimos ver una de las caras.
Por eso el hombre es extraordinario en el mundo de los seres vivos y en ocasiones podemos contemplar que el más duro de ellos es capaz de romperse en mil pedazos y dejar aflorar una emoción brutal que quizá sea fruto de tantos años intentando guardársela muy dentro para no aparentar lo que se es o, simplemente por miedo a sentirse vulnerable ante los demás. En el lado opuesto, personas que viven encerradas en una especie de urnas, siempre reservándose de cualquier agresión que venga del exterior, con la emoción al borde del derrumbe psicológico, sorprenden en ocasiones con una fuerza interior que les hace capaces de enfrentarse a situaciones de las más duras imaginables. Hoy en día estamos viviendo una época de triunfadores, pero de triunfadores light, de quita y pon y eso no deja ver la auténtica dimensión de la personalidad moderna, oculta tras una máscara. Sólo estamos ante el producto de un tiempo. A poco que rasques en ellos, nos encontramos con la nada. Mientras tanto, el grupo formado por aquellos que preservan las emociones, vigilan el mundo. Lo hacen desde la fragilidad. Desde sus miedos, desde su cristalina forma de ver la vida. Encerrados en sus urnas. A veces no entienden lo que hay y no se involucran por temor a verse envueltos en algo que piensan que no les va a permitir encontrar su lugar en el mundo.
Porque todos tenemos ese sitio aguardándonos. No se trata de un dónde físico, más bien de una condición que completa nuestro paisaje interior, un lugar en el que conjugamos nuestro verbo ser en toda su dimensión porque en él nos permitimos y soñamos con ser lo que en la realidad cotidiana nos olvidamos o nos negamos.
¿Y si emoción y acción se unieran? ¿Y si acero y cristal se moldearan en un todo? Sería el mundo que muchos han soñado: frágil y duro, como el propio ser humano en su lugar encontrado y en puro equilibrio vital.












Cubrió - como corresponsal de Europasur -  mientras se celebró, el Festival Internacional de Música de Jimena de la Frontera (Cádiz). El que esto suscribe lo acompañó a todos los actos de los distintos Festivales que, en verano, tenían periodicidad anual.  










La calle San Sebastián de la bella ciudad de Jimena
























Y prueba de su exquisita sensibilidad y talla poética fue la columna que publicó (con motivo del II Festival) en  la pag. 19 – la conozco bien porque en la pag. 20 se publicó un art. mío - de Europasur el 29.7.2002 titulada Gracias Jimena   y de la que debo resaltar este párrafo:



Y a los me alentaron, me aconsejaron
y me enseñaron lo que es la grandeza
del ser humano agazapada detrás de
de una humildad  eterna.











Europasur 29.7.2002 pag. 19










Como profundo conocedor de la idiosincrasia de los habitantes de la ciudad doy fe que supo captar, como pocos, su espíritu.










Y casi finalizo con lo que publicó el periodista, residente en Granada,  Guillermo Ortega (Algeciras 1966) en su website











Guillermo Ortega



en octubre de 2013 bajo el título Va por ellos (también habla de otro poeta y periodista, Rafael Viso, columnista de Europasur,  fallecido dos meses después de Tete y por la misma enfermedad).




De José Luis Tobalina dice lo que sigue:


 
Con el escritor Sergio Barce





Han sido muchas, muchísimas, las veces que me he acordado de él en los casi cinco años que han pasado. Se me quedó marcada una frase que escribió en uno de sus poemas: “A veces la vida te agarra por las solapas”, decía, y aparte de ser la pura verdad, está expresada con una sencillez y una rotundidad que tiran de espaldas. En cinco años, la vida puede llegar a agarrarte por las solapas un montón de veces.
Era un tipo tranquilo, parsimonioso, casi diría que inalterable. Le llamabas a las once de la noche al periódico, o te plantabas allí como me pasó a mí de regreso de un reportaje con la Policía Local en el que, cosas de la vida, presencié en directo la detención de un supuesto acosador, le soltabas la película y, sin inmutarse, contestaba: “Bueno, pues habrá que contarlo, ¿no?”. Y deshacía el periódico, a esas alturas ya montado y listo para entregarse. Envidiaba y envidio esa compostura, viviendo como vivo a un paso de la ansiedad y saliendo siempre a la calle con un alprazolam en el bolsillo, por lo que pueda pasar.
Y no envidio, pero sí admiro, el buen cartel que tenía entre las mujeres. No pocas decían de él que era un tipo muy atractivo, un seductor nato. Era educado, galante y culto, y miraba a los ojos mientras escuchaba. Cuando hablaba exhibía una voz varonil, no engolada, un punto tímida porque en el fondo era un hombre retraído; es difícil saber cuán grande era su vida interior, pero creo que muchísimo. Por eso se refugiaba en la poesía.
Aun así, cuando reía lo hacía con franqueza, a veces de forma explosiva. Le gustaba mucho explorar todos los rincones de la vida y me alegro de que en la medida de sus posibilidades lo hiciera.
 
  
 



Y ahora sí termino con los versos de otro poeta andaluz y lo evoco con sentimiento y admiración


 




                                

  Aún creo ver tus ojos,
                 Tras las desnudas cimas,
                 Por el aire profundo
                 Y ya frío, con la noche
                Que imperiosa se alza



Luis Cernuda  del final del poema scherzo para un elfo











 












Si todo es azul y desciende vertical sobre las cosas...      (Fluir, José Luis Tobalina)











CODA: Agradezco a Concha Cuerda, su madre, la ayuda prestada en la elaboración de este artículo, igualmente a su tía Belén Rodríguez Puelles y a su prima Isabel Cuerda .

1 comentario:

  1. gran trabajo el que has realizado a Tobalina ¡enhorabuena!

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