El segundo libro Voz de
la muerte (1940 – 1944) abandona ya la métrica del soneto y comienza a
utilizar el verso libre y aunque el poeta viva en Madrid el sur como en Cernuda
- Quizá mis lentos ojos no verán más el sur - (el poema Soledad, país que vuelve de
J. L. Cano tiene de frontispicio el verso de Luis Cernuda Viven y mueren a solas los poetas)
- siempre está presente como paraíso
perdido.
En el siguiente poemario Las
alas perseguidas (1940 – 1944) se
ve el paso del tiempo y la muerte e incluye semblanzas a poetas admirados como
Miguel Hernández o elegías al modo de los poetas del 27 como A
la muerte de Manolete.
En Otoño en Málaga y
otros poemas (1949 – 1954) con un verso más suelto trata de forma extensa
el tema de la paternidad en una visión que enlaza con el amor contemplado desde
una óptica ya próxima a la madurez:
TENGO TUS LABIOS
Quizá perdí mi
juventud, quizá
perdí Floridas
increíbles.
Quizá perdí otras
cosas, pero tengo
la sal ardiente de tus
labios. …
En su quinto poemario, Luz
del tiempo, recoge poemas de 1961 y 1962 y aparece esa poética proyectada
desde el yo al vosotros – que tanto gusta a nuestro poeta –. Aquí las alusiones
a poetas amigos como Emilio Prados (1899 – 1962) (que me enseñó a amar las playas
malagueñas) son referencia.
Poemas crepusculares, su siguiente libro, en donde el
mito del paraíso sureño sirve de ámbito a una muerte apacible desde la
madurez.:
EL SUR
Vivir, morir bajo este sol,
y en su dorada quemadura
cerrar los ojos como cuando el beso
llega a su ardor más hondo.
Palpar el cuerpo dorado del aire,
allí donde la sombra es también bella.
Los Poemas para Susana
están basados en la relación que el poeta mantuvo con Susana Cavallo, una
alumna de los cursos americanos:
DONDE
VIVISTE, PERMANECES
Allí donde un día viviste,
en la costa del sur,…
allí permaneces.
En la mirada del gitanillo que pasa a tu lado con asombro,
y en la más desamparada de un perro vagabundo que un día acariciaste, …
El libro termina con
una bella prosa, fechada en 1975, Peregrinación
a Alberto Alcocer, donde las
alusiones a Valle-Inclán, Ayala, o Gullón son una constante y la llegada a
Velintonia 3 una realidad.
Poemas olvidados reúne textos de carácter surrealista
e imágenes dedicadas a poetas amigos: José Manuel Caballero Bonald, Ramón
Garciasol o Emilio Alarcos.
Retratos y evocaciones tiene una estructura más homogénea y
se configura no solo como un elenco de poemas a los poetas por los que siente
especial atracción: Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo
Diego, Dionisio Ridruejo, Blas de Otero, Claudio Rodríguez y Gloria Fuertes
sino que poseen una estética donde José Luis Cano unifica su labor de crítico y
de poeta creador.
En el
poemario hay un poema, Soleares para José Menese, que es extraño en el
conjunto de su obra. Y en Tiempo muerto
aparece otra vez Luis Cernuda con su verso Vivir
sin estar viviendo.
Retratos y evocaciones se inicia con un poema que al decir del profesor Yborra
es valioso no solo por sus valores poéticos sino por el sustrato biográfico del
escritor conocedor de otros escritores … desasistidos por el poder (el
establishment dictatorial imperante) y reclamados estética, social y
humanamente por el escritor, crítico y amigo.
Este
poema es Velintonia
Tres
Calle Velintonia nº 3 de Madrid donde vivía Aleixandre |
VELINTONIA
TRES
Mientras viva la piel y
aliente la memoria
vivirán los recuerdos
de otros años que fueron
más felices, cuando en
España, libre aún de las sombras,
la vida y la poesía
libres y juntas iban
de la mano fraterna de
unos cuantos amigos.
Escucho aún, desde el
umbral, la risa abierta,
cálida y derramada de
Federico,
la voz mate y pudorosa
de Cernuda,
la canción marinera de
Rafael
y el son grave de Pablo
recitando un poema.
Y veo la sonrisa
infantil y tierna de
Manolo,
la mirada azul de
Vicente,
el gesto burlón de
Dámaso y sus gafas de miope.
La risa alternaba con
el hondo resonar de la guitarra
o con las notas claras
del piano,
la broma licenciosa con
el verso más puro,
y el presente vivaz con
sueños de otros días,
los que hoy contemplan
la gloria ya de todos.
Siempre que leo Velintonia
tres no puedo sustraerme de que venga a mi memoria la frase de Camilo
Alonso Vega (1889-1971) ministro de la gobernación del régimen franquista en mis años de
estudiante en el Madrid de la década de los sesenta del pasado siglo y al que
llamábamos D. Camulo: Era como si nos
hubiéramos quedado aquí los más brutos, decía y aunque D. Camulo no lo
creyera (el primer bruto-mulo era él) yo sí lo pensaba entonces y lo sigo
pensando ahora. Efectivamente, se habían quedado, con muy escasas excepciones,
los más brutos.
Por eso José Luis Cano – poeta bien representativo de la
lírica de posguerra - tuvo que construir
su Ínsula, para escapar de un poder hostil que cercenaba la libertad. Porque
como él escribió no hay más que una cultura
que merezca llamarse tal y es la cultura libre.
Casa donde nació José Luis Cano en la calle Ancha de Algeciras |
Sede del Instituto de Estudios Campo Gibraltareños (IECG) en Algeciras, donde tuvo lugar el I Encuentro |
No hay comentarios :
Publicar un comentario