martes, 28 de enero de 2025

A MI HERMANO JUAN MANUEL

 

 

              A Carmen, Eduardo y Pablo, con especial recuerdo para Juan Manuel 

 

 

 

Eduardo, Carmen y Pablo en el día de su boda en septiembre 2024

 


 

De izqda. a dcha. Pepita (1914-2005) y Juan de Varona (1919-1994), el autor, Eduardo Sáenz Torres (1901-1989), Juan Manuel Sáenz de Varona (1949-2024), Manuela de Varona (1912-1999) y Noly Sáenz de Varona en 1972 en Sevilla


 

 

A mi hermano Juan Manuel

 

Recuerdos de la infancia están rondando mi mente.

La nostalgia de habitar en la onda de otros tiempos.

Todos juntos reunidos, otra vez, como en la infancia. Ahora es distinto pero queda algo, algo del viejo tiempo pasado y del amor, que está aquí.

 

Eduardo, Juan Manuel y Noly en la Plaza de América de Sevilla c. 1952


 

 

Juan Manuel, para mí desconocido y sorprendente, pero hermano que está al final uniendo viejos recuerdos de mar, playa, campo, amor, afecto.

Juan Manuel tú sigues jugando, como en nuestra casa de la calle San Vicente de Sevilla, a ser el hermano pequeño que está aquí, aquí entre todos, con nuestro viejo amor consagrado.

 

La casa de la calle San Vicente de Sevilla

 

 

Lejos, muy lejos hemos estado todos pero hay algo, que es difícil de definir que nos une, que une a esta corta familia esté donde esté.

Juan Manuel, mi hermano ignorado y querido, admirado también, capaz de hacer cosas que otros ni siquiera hemos intentado.

Juan Manuel juega con la vida junto al mar de Málaga, mar de otro tiempo donde se conjugan infancia y madurez.

Juan Manuel querido, no desprecies a los demás que estamos junto a ti y no olvides nunca que estamos todos juntos; la familia, al final, estamos todos jugando otra vez en nuestra finca de Alcalá, con nuestros animales, nuestro fuego y nuestro amor fraternal.

 

La casa morisca de la finca San Francisco Javier en Alcalá de Guadaira (Sevilla) donde pasamos nuestra infancia

 

Juan Manuel vuelve a ser como eras – viejos recuerdos y viejo afecto – jugando entre el mar de Chipiona y Punta Umbría, entre el azul y el verde que están conjugando tu vida porque son azules los barrotes de la ilusión, son tornasolados los barrotes de la esperanza.

Vamos, otra vez todos juntos, a jugar el juego de nuestra infancia que está aquí porque, al fin, es lo único que prevalece.

 

Eduardo, Noly y Juan Manuel en los jardines de la piscina de la finca San Francisco Javier en el verano de 1956

Volvamos a jugar entre el duro sol y la sombra de los pinos porque volvemos a empezar estando juntos.

Fuengirola 25 de mayo de 1978

 

Coda: estas torpes líneas que se escribieron ¡hace más de cuarenta años! surgieron a raíz de unos días que los dos hermanos pasamos juntos en un cortijo de Benagalbón (Málaga). 

 

Torre vigía de Benagalbón, bien de interés cultural

Nunca se redactaron con la intención de que vieran la luz pública. Hoy, como el tiempo ha pasado, como pasa en el mundo, pienso que es el momento de ello.

 

Estos montes azules y este sol de la infancia, Antonio Machado

Non omnis moriar, Horacio   


 

 

Eduardo Sáenz Torres con su hijo Juan Manuel



Juan Manuel con su tío Juan Varona en 1977

5 comentarios :

  1. Muy bonito Eduardo, cuantos recuerdos. Un abrazo

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  2. Eduardo Sáenz de Varona30 de enero de 2025, 0:45

    Sí muchísimos recuerdos. Me alegro te guste. Un fuerte abrazo

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  3. Muy bonito tío ❤️. Ojalá esté descansando en paz, le echo muchísimo de menos…

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  4. eduardo saenz de varona30 de enero de 2025, 18:38

    Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo

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