domingo, 6 de octubre de 2019

EL MONASTERIO DEL CUERVO
































El monasterio se fundó en el año 1717 para dar cumplimiento a la obligación que tenía cada provincia carmelita de establecer en su territorio un lugar de retiro para desarrollar la renovación de la Orden Carmelita impulsada por Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591).
Su ubicación próxima al río Celemín, con numerosas fuentes ricas en aguas salutíferas y un microclima benigno, hizo que el edificio se concibiera no sólo como residencia monástica sino también como hospedería. Afectado por las leyes desamortizadoras de Juan Álvarez Méndez (Mendizábal) de 1835, el recinto quedó abandonado y posteriormente en estado de ruina.


Mendizábal




Fue diseñado por el fraile carmelita José de San Miguel, que además era arquitecto, según la tipología instaurada en los hospitales renacentistas españoles, que toma como modelo el Monasterio de El Escorial y se adecua a la austera regla de la Orden del Carmelo. La utilización del estilo herreriano en pleno siglo XVIII, así como otros elementos de estética gótica, dotan al edificio de un anacronismo estilístico que constituye uno de sus principales rasgos.
El conjunto monacal, situado a 16 kilómetros del centro urbano de Medina Sidonia, se alza en medio de un paisaje arbolado del que sobresale el volumen de la iglesia por su mayor altura. Su planta cuadrada presenta dos salientes, uno en la fachada norte que corresponde al zaguán y otro en el lado sur usado como cuadra o granero.
 Un artículo de Luis Mora-Figueroa (El monasterio del Cuervo. Desierto eremítico carmelitano) exprofesor de arqueología medieval de la Universidad de Cádiz,  publicado en Enciclopedia Gráfica Gaditana. Vol. II nº 11. 1984, dice respecto al Monasterio:

Luis Mora-Figueroa














El monasterio de la Garganta del Cuervo se encuentra en el extremo SE del término municipal de Medina Sidonia, en tierras de la pedanía de Benalup de Sidonia, anteriormente conocida por Casas Viejas, distando por carretera 72 kms. de Cádiz, 32 de Medina Sidonia, 16 de Benalup/Casas Viejas, 33 de Los Barrios, y desde Gibraltar 32 millas.
Se accede al edificio central del convento, a la Garganta del Cuervo, a partir del tramo de carretera local que une Benalup con la comarcal 440 (Alcalá de los Gazules-Los Barrios) en su PK 78; de la local, en su PK 24,500, a la altura del Puerto del Moro, parte hacia el sur un carril que remontando por su margen derecha el cauce alto del Celemín, penetra en un amplio valle cerrado, la Garganta del Cuervo.

El emplazamiento, en las vertientes septentrionales de Sierra Blanquilla, en la cabecera del Celemín, sigue un eje aproximado NW-SE, flanqueando a levante por los riscos que corren entre los vértices de La Cebada y El Cuervo, a poniente por la cuerda del El Alisoso, y cerrado hacia el Sur por el Cancho de los Venados,  los puertos del Viento y del Hombre, con alturas de hasta 634 metros, estando emplazado el monasterio a media ladera de levante, a 360 metros de altitud. Todo ello forma parte de las llamadas Sierras del Algibe, litológicamente constituidas por areniscas oligocenas, que afloran por sus laderas y crestas en grandes formaciones rocosas compactadas de color blanquecino, de las que se obtuvo la cantería para labrar el cenobio y los eremitorios, molinos y fuentes circundantes. El aspecto que ofrecía a comienzos del siglo XVIII, afortunadamente igual hoy día, impresionó a los primeros frailes que visitaron la garganta, y que alabaron sus aguas herrumbrosas y delgadas, la vereda de acceso difícil de encontrar y fácil de perder, que les permitía un grato aislamiento:

“Goza de soledad este nuestro Santo Desierto tan propia a nuestra eremítica vida que parece que la Majestad de Dios le tenía designado para los Sucesores de Elías habitadores del Monte Carmelo”. 
Igual es su embeleso por la fauna del lugar

“Otra no menor causa aiuda al recreo, i al Espiritu antes que salgamos de esta espeña breña; i es, que de entre sus encrespados laberintos se dexan ver muchas reses, ia el enfurecido jabalí, ia el corzo ligero, ia las cabras montensas, i otros montaraces Brutos; i en sus copudos cogollos anidan diversas especies de Avecillas, que al paso que recrean con sus sonoros cantos llaman al Espíritu a las celestiales músicas. Esta, i mucho mas es la hermosura i recreo del interior de la Garganta” 

Este remedo alicorto y un tanto pedestre de Juan de la Cruz, responde en líneas generales a la realidad, de una exuberancia umbría y recoleta, con un interés naturalístico indudable.

A medida que se penetra en la Garganta, el Celemín va perdiendo su habitual cortejo de fresnos, adelfas y zarzas, para configurar biotopos mucho más inusitados a base de alisos, laureles, quejigos y algún castaño asilado, con sotobosque de rododendros, durillos, grandes helechos y considerable variedad de hongos aprovechando la gruesa y húmeda capa de humus, entre ellos el característico “cuesco de lobo”. En zonas algo menos húmedas y más altas, se impone el alcornoque y su cortejo arbustivo de madroños, brecina, lentiscos, arrayanes, aulagas y acebuches; para quedar las cotas altas batidas por el viento con un espeso monte bajo de brezos y jara cervuna.

La comunidad animal es variada; entre los mamíferos destacan venados, corzos, zorros, ginetas y melones; entre las aves más de setenta especies residentes u ocasionales observadas, destacaremos las águilas culebreras, calzadas y ratoneras, el alimoche, buitre leonado, milano negro, aguilucho cenizo, halcón peregrino y azor; y entre las rapaces nocturnas el cárabo y la lechuza común; igualmente el Martín pescador, el jilguero común, pinzón, verderón, carbonero, herrerillo, arrendajo, petirrojo, roquero, etc. Respecto a reptiles y anfibios, resaltan las culebras de agua y de escalera, el lagarto ocelado, las lagartijas comunes, colilarga y cenicienta, el galápago leproso, salamandra, tritón, etc. Curiosamente, el ave epónima brilla por su ausencia, aunque una pareja de halcones peregrinos cría en un nido abandonado de cuervo. Antes debieron abundar relativamente, y no sólo el intendente de San Elías. Este panorama zoobotánico, muestra evidente de aislamiento y escasa presencia humana, es el mismo que se encontraron los frailes carmelitas que a título aun  experimental se establecieron en la Garganta del Cuervo en Diciembre de 1713, en tiempo de la Fundación.

El Monasterio depende administrativamente de Medina Sidonia, pero el pueblo que está más cerca es Benalup-Casas Viejas.


Hasta aquí el art. de Luis Mora-Figueroa.



El Monasterio depende administrativamente de Medina Sidonia, pero el pueblo que está más cerca es Benalup-Casas Viejas.
Desde siempre fue posible su visita en virtud de un convenio firmado entre la propiedad, el Ayuntamiento de Medina Sidonia y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

En 2003 el ayuntamiento de Medina Sidonia suspendió las visitas al Monasterio.

En 2006 se inician importantes obras en el edificio del Monasterio y en el resto de la finca (nuevos accesos y edificaciones), con el apoyo de la Consejería de Medio Ambiente y de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, así como del Ayuntamiento de Medina Sidonia.


                                     
Restauración exterior




El 5 de febrero de 2013 el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía  inscribe, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de monumento, el Monasterio de San José del Cuervo en Medina Sidonia.

Tras la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de monumento, el Monasterio de San José del Cuervo debería poder ser visitado, por Ley, al menos cuatro días al mes pero lo cierto es que en la actualidad no se puede visitar.


Pese a que las denuncias de la situación han sido abundantes el  asunto de las visitas al Monasterio del Cuervo sigue sin solucionarse, fundamentalmente, por la oposición de la actual propiedad que alega que hay que esperar a que se resuelvan un contencioso y unos recursos interpuestos por la misma.

                                      
En 1999 se quiere impedir su conversión en hotel

El monasterio, principalmente en el siglo pasado, estuvo rodeado de misterios y leyendas, ya que entre 1756 y 1772, con la iglesia construida, comienzan a realizarse enterramientos en la misma que perduran hasta 1805. Está documentado que en la iglesia y  sus aledaños están enterrados, al menos, 70 cuerpos tanto  de monjes allí fallecidos como de los enfermos, también fallecidos, que vivían en su hospedería a la que acudían muchas personas atraídas por las saludables propiedades minero – medicinales de las fuentes próximas. Todavía subsiste la de Santa María.

Vid.





El médico José Miravete y Martínez en julio de 1763, procedente de Villanueva de los Infantes en Ciudad Real, visita el cenobio y en 1770 publica en Cádiz un opúsculo sobre las curativas aguas que sanaban de histeria, escorbuto, parálisis, caquexia, o fiebres tercianas y cuartanas (lo que hoy conocemos como paludismo).

El historiador asidonense Francisco Martínez y Delgado (1734-1804)  afirma que el monasterio era grande, con espacios claustros y con capacidad para muchas familias que lo frecuentaban por el beneficio de sus aguas medicinales.


                                      






Para que no faltara nada a la leyenda la Inquisición también está presente en la vida de este lugar y es que se dice que en su interior se llevaban a cabo prácticas inquisitoriales de muy diversa índole; lo cual es una fábula porque en época del monasterio la Inquisición estaba en total decadencia (su abolición se produjo pocos años después por las Cortes de Cádiz el 28 de febrero de 1813).



Algunas personas que habían pasado la noche allí afirmaban haber sentido que estaban siendo observados, que al entrar en el edificio era como si estuviesen entrando en otra dimensión. En ocasiones se han encontrado restos de campamentos que habían sido abandonados de forma rápida, como si algo les hubiera obligado a marcharse de allí.

                                      





La curiosidad juvenil nos condujo, en 1975, al que esto suscribe y unos amigos a pasar la noche en el ya mítico Monasterio del Cuervo y debo confesar que nada paranormal aconteció, aunque pudimos disfrutar del magnífico paisaje y la belleza del cenobio ya en estado semiruinoso lo que no obstaba para admirar su añeja estética y las numerosas huellas que dejó la Orden Carmelita.

                                     
 

                                          
                       Vista parcial del Monasterio cuando lo visité en 1975
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En 1975










                                              El monastrio en 1975 cuando pernocté en él






 

 
Interior, 1975
 
 
  
 
 
 
Un lateral, 1975
 
 
 
 
Aquí venian los carmelitas en sus paseos
 
 
 


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La restauración





En mi opinión la restauración no es muy afortunada.






Alicia Klein (fallecida en 2007) y su marido el conde de Villapadierna (1909-1979)


 
 
 

Su hijo Felipe, actual conde de Villapadierna, vive en el campo en una finca muy próxima a Sotogrande.

 
 
 
 
                                                                                 
                   Rita Hayworth y el conde de Villapadierna en los toros


Su actual propietario es Ricardo Arranz, que junto a su esposa Alicia Padierna de Villapadierna Klein, hija del conde de Villapadierna - fallecida en 2018 y cuyas cenizas fueron depositadas en El Cuervo, donde están también enterrados sus padres los condes de Villapadierna  - crearon, en Benahavís el lujoso Hotel Villa  Padierna, donde se alojó Michelle Obama en el verano de 2010.

En su campo de golf han estado jugando, en un mismo día, Felipe González y José María Aznar.



Hotel Villa Padierna
 

He pasado algunos días viviendo en el Hotel y, también en mi opinión, tiene unas habitaciones magníficas pero el excesivo lujo del mismo no cuadra con mi idea de la estética ni creo cuadraría con la de Jaime Parladé (1930-2015) marqués de Apezteguía, grande de  España y una de las personas que hizo posible la mejor época de Marbella.



Por eso, a mi parecer, el excesivo lujo que se desprende del vídeo ut supra creo desvirtúa y mucho lo que en su día debió ser el austero Monasterio, hoy BIC.
No obstante es de agradecer se haya evitado su ruina total.
   


   



Alicia Villapadierna y Ricardo Arranz en una imagen de archivo









Libro de Rosario Fresnadillo







Prof. Dra. Rosario Fresnadillo







 
Escudo de Benalup

3 comentarios :

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  2. Solía ir en mis tiempos mozos, cuando era posible atravesar la serranía sin tantas restricciones, y alguna vez en maniobras militares, aunque la zona no fuera militar. La última vez lo hice en solitario, en el 89, cuando pertenecía, creo que a un individuo de origen belga, el que supongo, aún no permite el paso. Llegó a querellarse incluso contra el Ministerio de Defensa. Sabiendo cómo estaba el percal, básicamente me infiltré en el territorio al atardecer, haciendo noche en el monasterio. Tampoco tuve experiencias paranormales, y dormí a pierna suelta en un rincón de la cripta. Al día siguiente, siempre en modo furtivo, proseguí mi travesía por la sierra, cruzando en Puerto del Hombre, tomando luego hacia Facinas. Me crucé con algunos guardas que no detectaron mi presencia, no en vano, durante mi servicio militar en Infantería de Marina conocí a fondo la zona y aprendí a pasar inadvertido. Tal como estaba el patio, no quedaba otra. Una pena.
    Felicitaciones por la publicación, ha sido grato recordar aquellos tiempos, aunque lamento que siga no siendo posible una visita ordenada. Un saludo.

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    1. Muchas gracias por sus palabras. Desgraciadamente el Monasterio, aunque en ruinas, que conocimos ya no existe. Un abrazo

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