viernes, 25 de octubre de 2019

ÁNGEL MORA: PARA QUE NO ME OLVIDEN








El poeta Ángel Mora












Ángel Mora firma uno de sus libros en 2011









Su amor por la poesía, por la música, ¿cómo podía conllevar aquellas gentes que le rodeaban? Con menos talento y cultura, con inferiores cualidades espirituales, otros le han oscurecido ante el público español. ¿Por qué se obstinó alicortado en su rincón provinciano, pendón de bandería regional para unos cuantos  compadres que no podían comprenderle?
…Después de todo, ¡quién sabe! Durante sus horas de recogimiento silencioso, escuchando la música… mientras se perdía así entre el ruido de los otros… tal vez gozó gloria mejor y más pura que ninguna.
 Luis Cernuda

Ocnos.  José María Izquierdo




Ángel Mora Casado nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) pero ha pasado casi toda su vida en Algeciras (Cádiz. España) lugar donde reside. Ya en la década de los 70 del pasado siglo comenzó a publicar sus poemas en la mítica revista de poesía Bahía que creó y dirigió el poeta Manuel Fernández Mota (1924-2015) hasta su desaparición con su número 50. 



                                        
Manuel Fernández Mota







Además Manuel Urbano (1940-2013) lo incluyó en su célebre antología Andalucía en el testimonio de sus poetas (Editorial Akal, 1976). 


                                          




Felix Grande (1937-2014) - Premio nacional de poesía en 1978 y de Flamencología en 1980 -  lo menciona en su conocida obra Memoria del flamenco (Espasa Calpe 1979, dos tomos) muchas veces reeditada.



















 
Ha publicado Agua dulcemente dura  en Jizo Ediciones (2006)
  











Ni pies ni cabeza en Ediciones Vitruvio (2010)












Música para el desvelo en Ediciones En Huida (2014)













El que pasa mirando en Editorial Renacimiento (2014) 











Sonetario también en Renacimiento (2014)  











y Caprichos de solitario (Editorial Renacimiento, 2016). 





















En el verano de 2019 y bajo el título de Para que no me olviden el poeta ha reunido – corregidos, depurados – todos sus libros, hasta la fecha editados, en una edición no venal, exquisitamente cuidada, de solo cien ejemplares compuestos e impresos en tipografía por el poeta e impresor malagueño Francisco Cumpián, el último impresor a plomo que compone libros letra a letra (utiliza el mismo tipo de maquinaria que usaron Manuel Altolaguirre (1905-1959) y Emilio Prados (1899-1962) y están encuadernados a mano por Mª Isabel Ruiz 




Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, en La imprenta Sur, en la que los malagueños editaron la mítica revista Litoral y los primeros libros de la mayoría de los jóvenes poetas de la que luego sería conocida como Generación del 27





Francisco Cumpián muestra su edición de El cuervo de Edgar Allan Poe con grabados de Chema Cobo








La edición contiene, a modo de prólogo, una introducción del escritor y poeta Juan José Téllez bajo el nombre de Memorial del Bardo.


                                       
Juan José Téllez





Por otro lado la cubierta lleva una viñeta de José Moreno Villa (1887-1955).


                                     


 







La viñeta de Moreno Villa en la cubierta del libro






Conozco a Ángel Mora desde mi llegada al Campo de Gibraltar, cuando nos reuníamos los amigos en mi casa del Paseo Marítimo de Algeciras, allá por 1974, a divagar sobre poesía y variadas cuestiones en una especie de movida campogibraltareña.  





Vista de la Bahía y Puerto de Algeciras desde mi casa del Paseo Marítimo en 1974

Y aunque no soy crítico literario sí llevo muchos años leyendo poesía y mi atrevimiento me llevó a publicar un libro - merced al impulso de la poeta Carmen Sánchez Melgar - (Como nace un deseo sobre torres de espanto) del que existe cumplida información en esta website. 







Carmen Sánchez Melgar

















Pero ello no empece para que pueda referirme a la presentación del libro de Mora El que pasa mirando  llevada a cabo en enero de  2015 en el Centro Documental José Luis Cano, un edificio moderno que prestigia a la ciudad, con vistas a la Bahía de Algeciras y al parque María Cristina.


                                       


   
Centro Documental José Luis Cano











El premio nobel de literatura Vicente Aleixandre (1898-1984) y el editor, crítico y poeta algecireño José Luis Cano (1911-1999)


 
La presentación corrió a cargo del artista y poeta Juan Gómez Macías (al que dedicó su poema Almanaque de su libro de 2016 Caprichos de solitario) que demostró una brillantez notable y perfecto conocimiento de la obra del poeta. Gómez Macías resaltó ese carácter, aunque no utilizó esta palabra, de outsider de Ángel Mora en el sentido de no pertenecer a ninguno de los cenáculos ¿culturales? de la ciudad.





Juan Gómez Macías





En efecto, en esa presentación tampoco estaban esas eminencias ciertamente “grises”. Sí estuvieron los supervivientes de lo que he llamado "especie de movida campogibraltareña" lo que dio un especial calor al acto. Pero de esa movida faltaban los que   

soñaron verdades sumergidas
en el fondo de un lago. Y no regresaron:
se los llevó el monstruo que tienen todos los lagos…
       





Ángel Mora,  Por aquellos días (dedicado a Felisa León en Caprichos de solitario







La poesía de Mora Casado es, a mi parecer, de aplastante sencillez, a veces seca, pero fundada no en la rapidez del descuido sino en un trabajo estético profundo sobre el lenguaje y sobre todo la vida.
Me ocurre con la poesía de Ángel Mora lo mismo que con la obra de ciertos artistas actuales que la siento próxima, cercana, como algo mío incluso en sus aspectos más ácratas:





La solución es sencilla:
-       parar el agua no, no puede nadie,
vaciar el vaso tampoco, volvería a llenarse -
romper el vaso.




Ángel Mora, Problema (de Caprichos de solitario)






Paseo de Colón. Sevilla, 1934

 
En algunos de los poemas de Mora se ve ese acento cernudiano

               
SI…

Si las hojas caídas
pudieran alzarse,
alzarse en el aire
hasta volver al árbol,
yo sería otra vez
ese chico feliz
que ahora cruza la calle,
y no ese señor tan serio
detrás de la ventana.

Ángel Mora de su libro El que pasa mirando







Agradezco muy sinceramente al poeta  que me haya dedicado el poema Leyendas del corazón (pag.103 de la edición de Renacimiento y pag.326 de Para que no me olviden) de su libro Caprichos de solitario.
  


LEYENDAS DEL CORAZÓN

 
 
  A Eduardo Sáenz de Varona




Tras las montañas del pecho
hay una fuente encantada
que derrama en sus veneros
sangre sucia y sangre clara.
Los que han llegado hasta allí
cuentan que es hueca por dentro
aunque en su fondo se agolpe
puntiagudo el sentimiento.

Otros dicen que no es cierto,
y aseguran fríamente
que es una víscera más,
parecida a un duro puño
maquinalmente latiendo.

Yo no sé si el corazón
será una fuente encantada
o un simple trozo de carne
viscoso y sanguinolento,
no lo sé, yo no lo tengo.
 
Pero aquellos que lo tienen,
afirman que el corazón
no es de carne ni de piedra
ni forma parte del cuerpo.

Ellos dicen misteriosos,
y lo dicen sonriendo,
que el corazón cuando late,
al menos el que ellos sienten,
es como un jardín de rosas,
lleno de espinas y ardiendo…
 







Y como siempre me acuerdo de las palabras que Luis Cernuda (1902-1963) le dirigió al poeta Vicente Núñez (1926-2002) 




Vicente Núñez en el  bar Tuta de Aguilar de la Frontera (Córdoba), año 2000. Allí estaba siempre con su medio de Moriles y su paquete de ducados





un 12 de abril de 1956, en la carta que le escribió para agradecerle su colaboración en el homenaje que le hizo el grupo cordobés Cántico en los números 9 y 10  de su revista de 1955 Leer a un poeta y aceptar sus palabras con el sentido que ellas tienen, y no otro que pretendamos darle, parece cosa sencilla; pero hace tiempo que sé es la más difícil.




                                        
T. S. Eliot







Pero tal vez las ideas aquí vertidas estén de sobra porque como dice el premio nobel de literatura en 1948 T. S. Eliot (1888-1965):





el significado total de un poema, no se agota mediante ninguna explicación, porque su significado es lo que significa para los distintos lectores sensibles.

 




La mano del poeta dedicando uno de sus libros















Ángel Mora, la diputada en el Parlamento de Andalucía Inmaculada Nieto y el escritor y poeta Juan José Téllez en 2011




















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