eduardo saenz de varona: RECORDANDO A JOSÉ LUIS CANO EN EL VEINTICINCO ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO

José Luis Cano

José Luis Cano García de la Torre nace en Algeciras un jueves 28 de diciembre de 1911 en la calle popularmente conocida como calle Ancha, en una casa junto a la que nació el violinista Regino Martínez y que da nombre oficial a la calle.

Casa natal

En 1924 su familia, y él con ella, se trasladan a Málaga (su padre fue gobernador militar de Málaga) donde en 1928 inicia su amistad con Emilio Prados (1899-1962) al que Federico García Lorca (1898-1936) llamará cazador de nubes en uno de los poemas que le dedicó.


Federico en un retrato de Gregorio Prieto

Emilio Prados, en el malagueño Café de la Marina, le presentará a García Lorca.

Emilio Prados

En 1930 conoce a Salvador Dalí (1904-1989) y a su mujer Gala (1894-1982) en un Torremolinos todavía sin turistas.

Los inicios del turismo

En 1931 se trasladó a Madrid para iniciar sus estudios de Derecho (en 1943 terminará también Filosofía y Letras) y allí traba amistad con Vicente Aleixandre (1898-1984) el premio nobel nacido en Sevilla y todo el grupo poético que frecuentaba su casa de la calle Velintonia.

Calle Velintonia nº 3 de Madrid donde vivía Aleixandre

En 1933, a través de Rafael Alberti (1902-1999) y su mujer la escritora María Teresa León (1903-1988) conoce, en la casa que éstos tenían en la calle marqués de Urquijo de Madrid, al poeta Miguel Hernández (1910-1942).

La guerra civil le sorprenderá en Algeciras donde estuvo preso en una cárcel falangista por pertenecer a la democrática Federación Universitaria Española.

Será en 1943 cuando funde con Juan Guerrero Ruiz (1893–1955) cónsul general de la poesía española (Lorca dixit) la colección de Poesía Adonais que otorga uno de los premios más prestigiosos en el campo de la poesía en español: el Premio Adonais, cuyo objetivo es dar voz a poetas emergentes en lengua española.

Juan Guerrero Ruiz

Tres años más tarde funda con el catedrático granadino Enrique Canito Barrera (1902–1992) la revista Ínsula que publica, en aquellos tenebrosos años posteriores a la guerra civil, lo mejor de nuestra literatura. El nombre de Ínsula (Isla) encierra el significado del contenido de lo que se publica o le deja publicar la imperante censura oficial. De ella dijo D. Francisco Ayala (1906-2009) que no por casualidad se llamó Ínsula, único precario respiradero que hubo en España durante los años más sórdidos, y testimonio hacia el mundo exterior de la España oprimida.

Por primera vez se mencionaba a Bertolt Brecht, Max Aub o Samuel Beckett. Además, muchos autores del exilio fueron conocidos a través de sus palabras, verbigracia, María Zambrano o Luis Cernuda.

José Luis Cano fue uno de los primeros autores en hacer uso de la acuñación Generación del 27 y se convertirá en el más respetado especialista de las generaciones del 27 y el 36.

En 1952 publica Antología de poetas andaluces contemporáneos y en 1960 Poesía española del siglo XX. Su obra La poesía de la generación de 27, que recibe el premio Fastenrath por parte de la Real Academia Española, ve la luz en 1970. En abril de 1975 lo hizo su Biografía de Antonio Machado pero ya antes, en mayo de 1962, había publicado la de Federico García Lorca al que tan bien conoció.

Sobre Vicente Aleixandre publica una Biografía y antología en 1981 y al año siguiente aparece Antología de los poetas del 27. Su último libro Emilio Prados: cartas desde el exilio lo publicó la Editorial Pre–Textos en 1997.

Tras la muerte, en 1984, de su amigo Vicente Aleixandre publica en 1986 su diario Los cuadernos de Velintonia.

Y con la Constitución de 1978 comienzan los reconocimientos oficiales. En 1985 le conceden la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y en 1993 la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid le tributa un Homenaje Nacional en el que participan reconocidos poetas y escritores, entre otros, José Hierro, Carlos Bousoño, Francisco Brines, José Olivio Jiménez y Leopoldo de Luis. En 1996 recibe en Córdoba el primer Premio de las Letras Luis de Góngora y Argote.

José Luis Cano muere en Madrid el lunes 15 de febrero de 1999. El 17 de febrero Francisco Ayala publica un artículo en El País titulado José Luis Cano que termina así: Ahora ha desaparecido José Luis sin que, en medio de la marabunta de tantos farsantes, gritones, arribistas y desaprensivos, se le haya apenas recompensado por lo mucho que con callado sacrificio hizo a lo largo de toda su vida en pro del decoro y dignidad de las letras españolas. Tampoco él, creo, esperaba en su modestia cosa distinta ni, quizá, la echase de menos.

Francisco Ayala García-Duarte

Pero es de justicia reconocer que Algeciras en 1998 lo nombra Hijo Predilecto. Dio su nombre a la ya extinta Fundación Municipal de Cultura y que en 2001 ésta editó su Poesía completa y en 2002 Los cuadernos de Velintonia.

Y actualmente existe un magnífico edificio que lleva su nombre: el Centro Documental José Luis Cano

Centro Documental José Luis Cano

Sirvan pues estas líneas como homenaje a José Luis Cano, cuando se cumplen veinticinco años de su fallecimiento porque, en resumidas cuentas, su figura es una de las más significativas en el panorama cultural español de posguerra. A su labor como escritor, antólogo, fundador de la colección de poesía Adonais y de la revista Ínsula se debe añadir la de corresponsal de los poetas exiliados de la generación del 27.

Y, por supuesto, posee una excelente obra poética que, como hemos dicho, la Fundación Municipal de Cultura que llevó su nombre editó al completo en 2001.

Quizá perdí mi juventud, quizá

perdí Floridas increíbles.

Quizá perdí otras cosas, pero tengo

la sal ardiente de tus labios. …

José Luis Cano, Tengo tus labios de su poemario Otoño en Málaga y otros poemas (1949–1954)

La poesía de José Luis Cano posee el raro encanto de iluminar suavemente el paisaje de encendidos recuerdos y dejarnos un punto en suspenso al presentar la turbadora y triste hermosura de la naturaleza.

José Luis Cano – poeta bien representativo de la lírica de posguerra - tuvo que construir su Ínsula, para escapar de un poder hostil que cercenaba la libertad. Porque como él escribió no hay más que una cultura que merezca llamarse tal y es la cultura libre.

Y terminemos con las palabras que de él escribió Vicente Aleixandre:

Se me aparece la imagen del andaluz sin edad que fue sumando ciencia por las playas desnudas sin perder su candor.